industrial, realizado por la Associação Brasileira de
Normas Técnicas, que abarca ese tipo de embalaje
de una manera bastante completa. En ella, se prue-
ban desde la resistencia de la empuñadura hasta
caída y apilamiento”, revela Conte.
Por tratarse de una norma de responsabilidad y no
compulsoria, como la ANTT 420, la NBR 14952 es
poco o nada conocida por el cliente. “El problema es
que la norma no distingue los baldes que se utili-
zan en el sector alimenticio de los que se utilizan en
la industria química. Este detalle, que al principio
puede no parecer relevante, en la práctica, aporta
algunos inconvenientes al mercado. Todos sabemos,
por ejemplo, que el derramamiento de un balde con
aceitunas en el baúl del automóvil no es lo mismo
que el de un balde con pintura”, resalta Conte.
Sostiene además, que debería haber distintas exi-
gencias entre los embalajes para el sector alimen-
ticio y el químico, ya que en el primero, el precio se
sobrepone a la seguridad y, en el segundo, sucede
exactamente lo contrario. “En la tentativa de mi-
nimizar esa divergencia de intereses, Groupack les
ofrece a las industrias alimenticia y química - cuya
preocupación primordial es asegurar la integridad
de su producto envasado - una línea de baldes de 1
litro a 20 litros fabricados según las exigencias de la
NBR 14952. Esa línea ha sido desarrollada y mejora-
da específicamente para el sector de cloro, adhesi-
vos, sellantes y gelcoats”, finaliza Conte.
Khemeia es la antigua Manchester
La empresa, fundada en 1997, cuyo nombre origi-
nal era Manchester Especialidades Químicas, en la
ciudad de Criciúma (SC), divulga su nueva razón
social, Khemeia Indústria Química. “Las empresas
del grupo Manchester tienen una característica muy
fuerte: la flexibilidad con el cliente. Había necesidad
de alterar su razón social, ya que los mercados de
Manchester Especialidades necesitaban una empresa
con nombre propio y que fuera una marca fuerte y
única en cada segmento”, declara Diomar Mendes
Silva, director presidente de Khemeia.
A partir de eso, empezó un proceso de búsqueda de
un nombre para la empresa. Un nombre que le diera
identidad y que su simple interpretación demostrara
su razón de ser. “Partiendo de su misión principal
que, desde su concepción, era desarrollar solucio-
nes químicas para el sector industrial, se buscó la
fuente de inspiración para su actual denominación.
La palabra `Química` es una variación de la cono-
cida palabra Alquimia, que era interpretada como
dominación de las ligas metálicas y de los cuatro
elementos: tierra, agua, fuego y aire. El origen de
esta palabra es Khemeia, una derivación del antiguo
nombre de Egipto, Khan. Así, la nueva denominación
de la empresa demuestra el origen de su existencia,
es decir, la propia Química”, explica Silva.
La estructura organizativa de la compañía no ha
cambiado, tampoco su dirección. Sin embargo, la es-
tructura física sufre constantes modificaciones para
adecuarse a su crecimiento y mantener su excelencia
en la atención al cliente. “Además de la razón social,
también cambiamos toda la estructura comercial y
técnica del segmento de pinturas. Quien atiende a
los clientes directamente es la empresa y no el repre-
sentante”, anuncia Silva.
P&P